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3. Exploración de articulaciones específicas

Manifestaciones articulares

Las enfermedades articulares se manifiestan clínicamente por uno o varios de los síntomas o signos que a continuación se describen.

Dolor

El de origen articular puede ser espontáneo, provocado por la presión sobre las estructuras articulares o desencadenado por el movimiento.

A grandes rasgos, cabe distinguir un tipo de dolor de origen inflamatorio y otro de origen mecánico

El dolor inflamatorio es espontáneo y persiste incluso con el reposo de la articulación; el dolor mecánico o de función aparece sólo al provocar una sobrecarga sobre la articulación o al movilizarla.

Un ejemplo de dolor inflamatorio es el de la artritis infecciosa, un ejemplo de dolor mecánico es el de la artrosis. Esta distinción, válida como norma general, no debe tomarse al pie de la letra; son varias las excepciones que impone la experiencia. Como ejemplos de tales excepciones, cabe citar el carácter inflamatorio del dolor en la artrosis avanzada de cadera y el carácter mecánico del dolor de la artritis reumatoidea en fase de escasa actividad.

 Tumefacción

Es el aumento de volumen de una articulación a expensas de sus partes blandas. La causa puede ser un engrosamiento de la capsula sinovial o una distensión de ella por acumulación de líquido intraarticular. Se percibe con facilidad en las articulaciones distales de los miembros y en las de la cara anterior del tórax, con dificultad en los hombros, y habitualmente no puede apreciarse en la columna, en las sacroilíacas y en las caderas.

Rubor o enrojecimiento de la piel que cubre la articulación

Indica una inflamación articular con participación del tejido subcutáneo periarticular.

 Calor local

Es también un signo de inflamación, aunque puede hallarse también un ligero aumento de la temperatura local en enfermedades o lesiones no inflamatorias, por ejmplo, distensiones o roturas capsulares o ligamentosas, hemartrosis o artrosis en fase de agudización.

 Derrame articular

Es un signo común a un gran número de enfermedades articulares, tanto inflamatorias como degenerativas o mecánicas. La detección de un derrame indica la existencia de una alteración propiamente articular y hace posible el examen del líquido sinovial, que es de enorme utilidad para el diagnóstico. El derrame puede producirse en cualquier articulación, pero es en la rodilla donde se descubre y se extrae el líquido con mayor facilidad

Edema periarticular

Significa repercusión de la inflamación articular sobre el tejido subcutáneo que rodea la articulación. Acontece en las artritis de gran intensidad, en especial infecciosas y gotosas.

 Deformación articular

Es todo engrosamiento o alteración de la forma debida a variaciones en el volumen o posición respectiva de los elementos óseos.

 Actitud viciosa

Se habla de ella cuando hay una situación anormal de los elementos óseos.

 Alteración de la movilidad

Disminución de la amplitud de los movimientos normales pasivos. Es un signo de enfermedad articular. Cuando ha desaparecido todo vestigio de movimiento articular, utilizamos el término de anquilosis. Si se descubre alguna limitación, es conveniente medir con un goniómetro la amplitud del movimiento. Cuando se produce una fijación brusca de la articulación en el curso de un movimiento de flexión o de extensión que le impide volver a la posición de partida, hablamos de bloqueo articular.

Se observa con mayor frecuencia en las articulaciones de la rodilla, codo y temporomaxilar; en los dos primeros, a causa de roturas meniscales y cuerpos libres intraarticulares y en la articulación temporomaxilar, por lesiones meniscales y subluxaciones

Hipermovilidad articular. Puede ser generalizada a causa de una alteración, determinada genéticamente, del tejido conjuntivo de sostén (si se acompaña de hiperlaxitud y fragilidad de la piel constituye el síndrome de Ehlers-Danlos), o limitada por intensas lesiones destructivas de la articulación, como en las artritis mutilantes y neuropáticas.