Exploración física
Inspección.
Observa el flujo rítmico y suave de la marcha cuando el paciente entra en el consultorio. La rodilla debe extenderse al apoyar el talón y flexionarse en todas las demás fases del balanceo y el apoyo. Verifica el alineamiento y los contornos de las rodillas. Observa si hay alguna atrofia de los músculos cuádriceps, esta es habitual en los procesos crónicos y en la rotura de menisco.
Observa si existe genu valgum (piernas en X), genu varum (piernas en O), geno recurvatum o genu flexum.
Genu valgum
Mirrel, CC BY-SA 4.0 <https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0>, via Wikimedia Commons
Explora si desaparecen las concavidades normales que hay alrededor de la rótula, un signo de edema de la rodilla y la bolsa suprarrotuliana; registra cualquier otra tumefacción en la rodilla o alrededor de ella.
El aumento de volumen puede deberse a edema periarticular, engrosamiento sinovial, derrame seroso o hemático, o proliferación ósea.
El quiste de menisco produce una tumefacción del tamaño de una avellana, dura, resistente y localizada en la interlinea articular lateral.
En los pacinetes con gota de larga evolución es posible encontrar tofos en cara anterior de la rodilla.
El higroma se manifiesta por una tumefacción redondeada, dura o blanda, aparece por delante de la rótula; si se infecta, ocasiona bursitis, fácil de diferenciar de la artritis aguda por su situación prerrotuliana y por no comprometer la movilidad articular.
En la artrosis (si ocurre en mujeres obesas en la edad de la menopausia) la rodilla, más o menos deformada, aparece con sus contornos desdibujados por una infiltración celuloadiposa.
En el hueco popliteo (paciente en decúbito ventral) pueden observarse tumefacciones localizadas que pueden corresponder a un «quiste de Baker", aneurisma de la arteria poplitea, neurinoma, adenopatía o tumo ración ósea.
Palpación
Pide al paciente que se siente en el borde de la camilla de exploración, con las rodillas flexionadas. En esta posición se observan mejor las referencias óseas y se relajan más músculos, tendones y ligamentos, lo cual facilita la palpación.
En artritis, suele doler por igual toda la interlínea articular.
Para comprobar la crepitación al movimiento, la mano se coloca plana sobre la cara anterior de la rodilla, mientras ésta se extiende y flexiona pasivamente.
Un desgarro del menisco interno con puntos dolorosos en la línea articular es frecuente después de un traumatismo.
El dolor a la palpación del tendón o la imposibilidad para extender la rodilla indican un esguince parcial o completo del tendón rotuliano.
Pruebas para la palpación del derrame en la rodilla.
Signo del abultamiento (en los derrames leves). Con la rodilla extendida, coloca la mano izquierda sobre ella y comprime la bolsa suprarrotuliana, desplazando o “exprimiendo” el líquido hacia abajo. Golpea hacia abajo, sobre la cara interna de la rodilla, y aplica presión para forzar el líquido hacia la zona externa. Percute la rodilla detrás del borde externo de la rótula con la mano derecha.
Rebote de la rótula (para derrames grandes). Para evaluar derrames grandes también se puede comprimir la bolsa suprarrotuliana y
hacer que la rótula “rebote” o se empuje contra el fémur (video). Observa si el líquido retorna a la bolsa suprarrotuliana.